Inicio por mi experiencia personal, mi infancia y mis recuerdos. No se cuanto de esa niña que fui perdure hoy por hoy en la adulta que soy, quizás una de mis grandes frustraciones es haberme olvidado de muchas cosas que sucedieron en mi niñez o de las cuales tengo recuerdos muy vagos, existen piezas que he ido armando poco a poco, cosas que dejaron un rastro en mi y forman parte de la mujer que soy.
Recuerdo que me gustaba mucho fantasear, la línea entre esas fantasías y mi mundo real no era muy bien definida, a través de esas fantasías escondía mis temores, mis deseos y lo que sentía, tenía una gran motivación para escapar de una realidad que no me gustaba y deseaba cada noche en mis juegos imaginativos armar mi propio mundo pues en ese mundo existían cosas mejores que en la vida real. A veces intento recordarlos, volver a conectar con esos momentos, no los añoro pero si los busco, como una forma de encontrar respuestas pues soñaba con cosas que así fueran irreales le ponían un poco de alegría a mi alma.
Desde muy pequeña deje de ver el mundo con ojos de inocencia, como lo ve un niño, perdí la capacidad de asombro, a veces quisiera ser niña otra vez pero de manera diferente. Si pudiera cambiar algo de ese pasado se que cambiaría muchas cosas entre ellas la libertad de jugar que nunca tuve porque entiendo que más que una oportunidad para divertirse es una forma de estimular todas las dimensiones del desarrollo humano.
Muchas de las cosas de la infancia quedan toda la vida marcadas y por eso a veces es necesario y bueno vivir con el niño que hemos sido. Hoy elijo el color que me identifica y con el que me gustaría seguir mi camino.