No se si yo llegue a las mariposas o las mariposas llegaron a mi, pero están siendo una gran fuente de inspiración en mi vida. Siempre que veo alguna me emociono por su belleza y su color y por esa innegable sensación de libertad que me transmiten, entonces me recuerdan que soy libre de ver lo que quiero ver y de sentir lo que quiero sentir y que la inspiración esta en todos lados. Es encontrar pequeños motivos para seguir la caminata, es intentar abrir las alas y volar muy alto.
Hablar de mariposas es sinónimo de transformación, de camino y belleza me llevan a pensar un poco en la historia del “patito feo” el cual no era querido por su apariencia y descubre hacia el final que es un cisne, así sucede con la transformación de la oruga en mariposa, es el viaje del alma, es sorprenderme con mi capacidad para empezar a ver lo que antes no notaba y terminó por pensar que tanto mi cotidianidad como mi historia de vida son mis mejores y más grandes fuentes de inspiración.
Libre como las mariposas, es un deseo que esta en mi corazón, en ocasiones porque he vivido situaciones difíciles de vida que de una u otra forma me han mantenido en “lealtades invisibles” entonces es lograr ese tan anhelado “grito de libertad”. Es un deseo que me visita constantemente, es encontrar la enseñanza en cada situación viviéndola como una gracia que me ayude a conquistar alas para volar hacia donde creo y quiero.
Voy descubriendo y entendiendo lo que me rodea, voy construyendo en mi mente mis propias percepciones.