Porque la gratitud definitivamente es una forma de estar en la vida, se vuelve imprescindible empezar por aquí.
Poco a poco y con algún grado de dificultad (no lo niego), he aprendido a vivir en “Gratitud”, como una manera de estar en el mundo pues es un estado maravilloso. El agradecimiento es la memoria del corazón, me conecta con la magia de la vida, con aquello que se sucede día a día una vez abro los ojos. Muchos son los motivos que hoy despiertan en mi sentimiento de gratitud empezando por la vida misma. Las presencias y las muchas ausencias, las lecciones, las personas que han acompañado mi camino, las oportunidades, la alegría, la risa, el amor, la libertad y la lista puede ser interminable.
Entendí poco a poco qué hay una gran relación entre “gratitud” y “resiliencia”, Cuando se suma a la gratitud la fuerza para sobreponerse a las dificultades que trae consigo la resiliencia, es una oportunidad de vencer obstáculos sin perder la esencia. Es la forma que quizás encuentro de lograr un equilibrio interno y continuar. Sobreponerme con valentía a muchos de los obstáculos que se me han presentado en la vida, me ha ayudado a desarrollar buenas habilidades de afrontamiento y permitirme poco a poco ser transformada por las adversidades. Por todo ello …”Gracias “.
Siempre habrá mucho por agradecer, pues ningún momento será igual a otro y lo único cierto es que todo en esta vida cambia. Hoy debo seguir aprendiendo a recorrer este camino, pues inevitablemente tiene sus mapas y seguramente que el conocerlos me ayudará a llegar al final del sendero.